domingo, 13 de noviembre de 2011

Amor post mortem I

Remotamente recuerdo aquel día. No recuerdo la razón por la que llegue ahí. Mi única luz era la luna. Mi única compañera mi sombra y mi fiel pensamiento la soledad. Un no sé qué me llevo a tomar aquel camino, a transitar aquel destino, en aquella ciudad. Un sin fin de razones y motivos me hacían vagar en mi mente haciéndome dudar de mi vida, pensando si realmente yo pertenecía a este lugar o debería inmediatamente partir de él.

La fría noche se apoderaba de mi cuerpo a tal punto que me dejaría consumir por ella hasta llegar a mi final. Ya no tenía motivos para seguir aquí. Lo único que me quedaba por hacer era admirar y degustar paso a paso la muerte hasta llegar a mi deceso. Las criaturas que habitaban en los alrededores buscaban el mejor lugar entre los arbustos y me observaban con ansias esperando mi último suspiro para devorarse mis entrañas. Seguro estaba que pronto seria la cena de muchos o el postre de otros más afortunados.

Ahí estaba yo tirado sobre el suelo moribundo buscando un solo motivo para seguir sobre este Asqueroso mundo. Sin querer deje girar mi cabeza hacia un lado y ahí estabas tú. Yacías acostada sobre el césped debajo de un árbol como admirando las estrellas, como buscando las mismas razones que yo. La curiosidad me invadió y lentamente me fui acercando a ti. Estabas fría y rígida como recién sacada del refrigerador.

Tu rubia cabellera brillaba como aquel sol que tanto alegro mi infancia pero que un día se apagó porque le di la espalda a mi niñez. Me encanto tu mirada desorbitada que se perdía en el infinito y el color purpura de tus labios que semejaban un puñado de uvas... ya pasada de días. En tu mano derecha aun empuñabas con fuerza el puñal que encajaba perfectamente en la abertura de tu pecho. Me enamore. No encontré un pretexto para seguir aquí pero si uno para largarme e irme junto a ti.

Tome el puñal con mi mano derecha aun humedecido con tu sangre y lo introduje en mi frágil pecho. Me postre a tu lado, tome tu mano y accedí a esperar mi final. Que tengan buen provecho criaturas de la noche, para cuando ya sea cena de ustedes estaré con mi amor... post mortem.

Escrita: 05/08/10


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